AVERMECTINAS Y MILBEMICINAS
El control del parasitismo en animales
domésticos ha estado y sigue basado en el uso de fármacos antiparasitarios,
complementado con medidas de manejo animal en el caso de las especies
productivas.
La ivermectina fue introducida como fármaco
en 1981, sucediéndose en años subsiguientes la incorporación de nuevos compuestos
pertenecientes a este grupo de fármacos, como también de la familia
milbemicinas.
Los compuestos de ambas familias poseen actividad
sobre endoparásitos y ectoparásitos, recibiendo la denominación de fármacos
endectocidas, lo cual define la combinación de sus efectos nematodicida,
insecticida y acaricida. Estos pertenecen a las Lactonas Macrocíclicas, las cuales se dividen en 2: Avermectinas y Milbemicinas.
Ilustración
1. Origen y clasificación de los
fármacos endectocidas: Avermectinas y milbemicinas.
Los endectocidas son fármacos de elevada
liposolubilidad, poco hidrosolubles y sensibles a la luz ultravioleta.
Producen su efecto antiparasitario al
incrementar la permeabilidad de la membrana celular para los iones de cloro,
con la resultante hiperpolarización y parálisis de la musculatura faríngea y
somática de los parásitos.
Ilustración 2. Acción antiparasitaria de fármacos endectocidas sobre nematodos y artrópodos.
La condición corporal es un factor a tener
en cuenta en el uso de estos compuestos liposolubles, particularmente en
relación con el contenido de tejido adiposo. Las diferencias en la condición corporal
repercuten directamente en la velocidad de absorción desde el sitio de
administración subcutáneo y en el proceso de distribución tisular.
Teniendo en cuenta que ningún compuesto
resulta 100% eficaz contra el 100% de las especies parasitarias durante el 100%
de los tratamientos, cada vez que se emplea un antiparasitario permanecen en la
población individuos supervivientes, que contienen la información genética que
aporta resistencia a ese tipo de fármacos. Una frecuencia intensiva de tratamientos
aumenta la presión de selección, permitiendo que los individuos resistentes y sus
progenies aumenten su proporción dentro de la población parasitaria,
detectándose su presencia solo cuando la resistencia alcanzó niveles elevados y
el tratamiento antihelmíntico no resulta efectivo.
Dosis 200 µg/kg en
presentaciones al 1%, 2% 3,15 %, 3,5% y 4%.
En bovinos dosis 10 veces mayor a la dosis estándar, produce intoxicación. Se ha evidenciado signos de intoxicación en terneros menores de 3 meses, de edad. Los signos de toxicidad se atribuyen sobre el sistema
nervioso central: Ataxia, temblores, midriasis y abatimiento seguido de muerte.
Los endectocidas son fármacos que se
depositan en tejido adiposo, como la grasa el hígado y se excreta en leche y
materia fecal.
En general y con alguna variación según los
diferentes países, la carne de animales tratados no debe destinarse a consumo
humano durante períodos de entre 35 a 42 días. No existen evidencias de efectos teratogénicos.
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